Sólo tu vendrás a juntar mis días
Luis Alberto Spinetta
“Che, ¿y si transformas las charlas sobre Walsh en un librito?” me preguntó tío Mario a quemarropa, creyendo que me hacía un enorme regalo pero jodiéndome bien la vida, en realidad. Mientras no paraba de escribir, y de investigar, y de buscar – infructuosamente – argumentos para negarme, tu mamá me anunció que vendrías, hijita. No sé si alcanza a vislumbrar el complot.
Cuando tu mamá me notificó tu llegada, yo estaba escuchando esos versos en que Jorge Fandermole explica que sus amores “son gigantes tenues como flores / que alientan este turbio corazón…”
Desde entonces yo me imaginé esta bitácora chiquita como mi propia Carta Abierta, un recorrido privado que me sirviera de excusa para sentarme y hablar con vos, su destinataria por venir, del cuerpo, de la letra. Entre la memoria titilante de un muerto que vive y mi ansiedad babosa de tu vida futura, e este libro le tironeaban ambas patas. Y así me salió hija: sólo lo disfrutarán los obstetras y los rengos.
Te digo que, como querer, hubiese querido dejarte algunos garabatos más bonitos. Quiero decir: no siempre tengo tan claro como posicionarme frente a la memoria de Rodolfo J. Walsh. Frente a ese escritorio que habla, a ese fusilado que vive, a ese hombre que se anima. Con una patria paralela convivimos, con un gigante tenue atiborrado de cuerpos como flores. Vas a aterrizar en un mundo en el que ciertas palabras
son pedacitos desparramados bajo
/ todo el país
hojitas caídas del fervor
la esperanza / la fe /
pedacitos que fueron alegría / combate /
confianza
en sueños / sueños / sueños / sueños
Está anocheciendo en Resistencia, esta luz es mi enemiga. Esta pantalla es mi enemiga. Aprendimos a detestarnos, ella y yo. Tropiezo al escribir esta página, la última, escribo una palabra y borro cien, reviso los fervores en que me fui desparramando en estos meses, buscando algún resplandor discreto del que pudieras enorgullecerte mañana. No encuentro prospectos para hacer que tu vida sea dichosa. No hay instrucciones para soñar. Te dejo, sí, demasiadas preguntas. Y derivas.
Escribo: ¿Escribo para que me queden preguntas? Las preguntas verdaderas, ¿abren la piel?
a aterrizar, hijita nuestra,
¿se juntarán alguna vez?
¿se juntarán algún día / pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos
al tejido del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?
(Marcelo Alejandro Caparra, Garabatos Walsh, Colección Varvarie.
Disponible en librería de la Dirección Letras. Precio $ 25)
No hay comentarios:
Publicar un comentario